La piedra de las emociones

«Cuando Ana era pequeñita, muy, muy pequeñita, casi recién nacida... Sus padres le hicieron un regalo muy curioso.» Así empieza «La piedra de las emociones», un cuento infantil que no nos dejará indiferentes, y que es justamente eso: un auténtico regalo literario tanto para niños, como para adultos. De la mano de Ana, descubriremos lo importante que es conocer nuestras emociones, expresar los sentimientos, y compartir lo que nos pasa por el corazón y por la cabeza, con la gente que queremos.

Y es que los padres de Ana le regalan una cajita al poco tiempo de nacer, y es el día de su quinto cumpleaños cuando se entera de que en su interior guarda una piedra, misteriosa y sugerente. A partir de ese momento, la piedra, en forma de amuleto colgado en el cuello, ayudará a nuestra joven protagonista a aprender a reconocer realmente la felicidad, la tristeza, el miedo, la sorpresa, la rabia o el asco. Como un verdadero arco iris del alma, el amarillo, el negro, el blanco, el azul, el rojo y el verde se transformarán en los colores de esta especie de paleta del pintor que se convierte nuestro corazón, y serán ellos los guías que hagan que Ana empiece a convivir de manera consciente con sus emociones.

La autora, Tamara Pulido (Alcoi, 1982), maestra de Infantil y licenciada en Psicopedagogía, es bien consciente de la importancia que tiene para cualquier ser humano, independientemente de su edad, saber gestionar sus emociones. Todas, agradables o no, son necesarias y cumplen su función. Uno de los grandes méritos de este cuento, sin embargo, no sólo es hacer literatura amable, sencilla y de calidad sobre esta realidad «emocional» tan actual; sino, además, haber sido capaz de envolverla y de hacerla acompañar, de una manera muy acertada, de un puñado de valores humanos fundamentales, tales como la importancia de la familia, el amor o la generosidad.

Los estudios basados ​​en la neuroeducación han demostrado sobradamente que leer en la infancia y tener una buena educación emocional pueden evitar un montón de trastornos de aprendizaje: fomentan, pues, una buena salud mental desde bien pequeños. No es arriesgado afirmar que, con esta historia, Pulido cumple ambos objetivos: adentrar a los niños en el corazoncito de las emociones y de la mano de un buen libro.

Cabe destacar, además, que todo ello nada hubiera sido igual si el texto de «La piedra de las emociones» no se hubiera dejado ilustrar por unas imágenes elaboradas con una técnica impecable y por unos dibujos muy creativos, llenos de colorido y de vida, concebidos por la joven Lucía Pérez García (Málaga, 1995).

A lo largo del cuento, hay una pregunta que cierra la presentación de cada una de las seis emociones básicas: «¿Y tú cuándo te sientes feliz..., o triste..., o...?». Pues: y tú, niño, niña, madre, padre, abuelo, abuela, hermana o hermano, ¿a qué esperas a leer el cuento de Ana, y acompañarla con el descubrimiento de su mundo interior lleno de sentimientos y de emociones? ¿Te atreves?