Los álamos enmudecen en otoño

Del prólogo del Padre Ángel: «Leer los poemas de Fernando Yélamos, en estos momentos en los que nos hace falta tanto amor, me ha llenado de paz. En ellos se habla de besos, de amor, de abrazos... Todas sus palabras respiran amor y contacto. En su poesía ya no está el virus ni el miedo al contagio ni a la enfermedad. Sus letras nos hablan de compartir sentimientos, de estar cerca de las personas a las que amamos y que nos aman. ¡Qué importante es no ya aprender a querer, sino aprender a ser querido, a ser cuidado! Por sus poemas, plenos de contacto humano y de amor, da gusto caminar con los ojos. Porque, según se leen, se sienten.»